En la semana del 18 al 25 de mayo de 1810 el pueblo gestó la primer revolución en esta tierra austral. Fueron días de encuentros y desencuentros, de intensa movilización y activa participación los que marcaron el sendero hacia la libertad y el nacimiento de la Patria.

El día 18 el  virrey Baltasar Hidalgo de Cisneros comunica la noticia de la caída de la corona española en manos francesas y requiere al pueblo fidelidad a España.  La reacción en contra de la solicitud surgió de los criollos que se movilizaron para oponerse al pedido.

El 19 representantes de los vecinos de la ciudad de Buenos Aires solicitan a las autoridades permiso para realizar un Cabildo Abierto y discutir acerca de la situación en España y en las tierras del Virreinato del Río de la Plata.

La decisión del pueblo de definir su destino estaba firme.  Fue esa entereza la que sostuvo los hechos y, no sin dificultades, llegaron hasta el Cabildo del 25 de mayo.

La secuencia de hechos de la semana indica que el 20 de mayo el virrey recibe a los funcionarios del Cabildo, a los jefes militares y a los criollos y resuelven la convocatoria a un Cabildo Abierto al que se invita a los vecinos y queda previsto para el día 22.

Ese día las sesiones del Cabildo Abierto iniciaron muy temprano por la mañana y comenzó el debate del que participaron vehementemente autoridades del Cabildo, el Obispo de Buenos Aires, varios españoles y criollos para luego proponer el votación por una postura concreta.  Los votos apoyaron la moción de Cornelio Saavedra que esgrimía la cesación del Virrey y de la delegación interina al mando del Cabildo, hasta la formación de una Junta que ejerciera el gobierno a partir de la participación popular. Ya muy avanzada la noche, el escrutinio se pospuso hasta el próximo día.

Según los registros el escrutinio del día 23 arrojó como resultado 155 votos por la destitución del Virrey y 69 por la continuidad del representante de la corona española.  Aún así los regidores del Cabildo de modo inconsulto formaron una Junta Provisional presidida por el Virrey que jura en su cargo el día 24 de mayo.

Ante tal situación la reacción del pueblo no se hizo esperar y luego de fuertes reclamos destituyen a los integrantes de esa Junto Provisional y el mismo Virrey. La destitución se publicó en un bando por las calles de la ciudad y se hizo llegar al interior del virreinato por medio de una expedición militar especial. En medio de esta situación se propuso una lista de autoridades para regir los destinos de la naciente Patria libres de toda dominación extranjera.  El espíritu libertario gestado en Buenos Aires contagió a todo el territorio americano.